El territorio alavés permaneció sujeto desde el siglo XI hasta fines del XII a monarcas navarros o castellanos, hasta que en 1200, quedó incorporado definitivamente a Castilla. Con independencia de estas circunstancias políticas, Alava fue desde el siglo XII tierra de fueros municipales, frecuentemente concedidos por los reyes a concejos autónomos surgidos tras la aparición de los primeros núcleos urbanos. El otorgamiento de tales fueros tenía por finalidad construir centros urbanos dotados de autogobierno que, como enclaves de raelengo, frenasen los poderes señoriales.
En este sentido, la concesión de fueros, aquí como en los otros territorios vascos, ha de ser entendida en gran medida como un intento regio de hacer penetrar en todos ellos su autoridad. A través del otorgamiento de regímenes jurídicos privilegiados, los habitantes de las villas se configuran de este modo y en contraprestación a tales concesiones, como puntos de apoyo de la política regia de consolidación de su poder en estas zonas fronterizas y apartadas.
Fuente:
Manual básico de Historia del Derecho - Enrique Gacto Fernández, Juan Antonio Alejandre García, José María García Marín.
