La legitimación política de la fórmula monárquica

Si desde el plano normativo las cosas están así de claras, no lo están menos desde la óptica doctrinal, es decir, desde el punto de vista de los "legistas", de los expertos en Derecho. Significativamente es en este período cuando adquiere todo su vigor la vieja doctrina agustiniana de la ordinatio ad unum, es decir, de la necesaria subordinación de la pluralidad a la unidad para llegar a un aceptable nivel de orden en las repúblicas. A imagen del orden cósmico regido por la única voluntad de Dios, el orden de las comunidades humanas, o de los reinos, deben depender también de una sola voluntad, la del rey. Por ello la monarquía, como forma de gobierno unipersonal, se estimará por los teóricos como la más apropiada, doctrina que también se manifestará en orden a la determinación de la facultad legislativa.

Fuente:
Manual de Historia del Derecho (Temas y antología de textos).
Enrique Gacto Fernández, Juan Antonio Alejandre García, José María García Marín.
Página 184.