De la abundante legislación castellana destacan por su interés el ordenamiento de las Cortes de Toledo de 1480, de especial transcendencia para el Derecho público, que trata de estructurar la administración de justicia, y sobre todo las llamadas Leyes de Toro, ordenamiento proyectado por Isabel la Católica en las Cortes toledanas de 1502 y concluido bajo la reina Juana en las de Toro de 1505. Las 83 leyes que forman este ordenamiento, obra del eminente jurista López de Palacios Rubios, suponen la más importante renovación del Derecho privado castellano, realizada a propósito de la aclaración de dudas surgidas tras la introducción del Derecho común de las Partidas junto al Derecho tradicional recogido en el Fuero real.
Debido al singular número de disposiciones legales en vigor, a su dispersión y confusión entre ellas, debido a que los reyes castellanos no establecían cláusulas derogatorias (lo que dificultaba el puntual conocimiento de las normas derogadas implícitamente por otras), se requería en Castilla con más urgencia que en cualquier otra demarcación la formación de recopilaciones. Por ello no debe extrañar que ya Juan II (1406-1454) y Enrique IV (1454-1474) se propusieran realizarlas, aunque entonces el propósito no triunfó. Pero las Cortes toledanas de 1480 insistirían en ese objetivo ante los Reyes Católicos y fruto de su petición fue el encargo a uno de los mejores juristas castellanos de su tiempo, Alonso Díaz de Montalvo, y la realización por éste, de la Recopilación que, terminada y publicada en 1484, se conocería como Ordenanzas Reales de Castilla u Ordenamiento de Montalvo, obra que recogía sistemáticamente y en ocho libros, subdivididos en títulos y leyes, más de mil disposiciones legislativas castellanas desde Alfonso X hasta 1480, las cuales pasarían casi íntegramente a las siguientes recopilaciones. Pese a sus defectos (insertaba pragmáticas como leyes de Cortes, prescindía de algunas normas vigentes, incluía otras derogadas) fue objeto de numerosas ediciones.
En 1503 se promulgó una recopilación denominada Libro de las Bulas y Pragmáticas, cuyo autor, Juan Ramírez, escribano y secretario del Consejo de Castilla, recibió el encargo de los Reyes Católicos. La obra, de parecida sistemática al Ordenamiento de Montalvo, pero sin la división en libros y títulos, contiene disposiciones reales desde el Ordenamiento de Alcalá, cinco bulas y otras disposiciones de distinta procedencia, y fue muy usada en los tribunales hasta mediados del siglo XVI:
Fuente:
Manual básico de Historia del Derecho - Enrique Gacto Fernández, Juan Antonio Alejandre García, José María García Marín.