Este extenso territorio, carente casi por completo de núcleos urbanos de importancia y apenas habitado por escasos grupos humanos dedicados al pastoreo, sería objeto de una lenta repoblación que tuvo en las Órdenes Militares sus principales impulsoras. En efecto, los reyes asumieron con sus propios medios al tiempo que iniciaban una colonización que, sin excluir la fundación de algunos núcleos de población, se manifestó preponderantemente rural, latifundista, ganadera y pastoril, sobre la base de un régimen señorial temperado por el debilitamiento demográfico de las zonas del interior, que exigió la implantación de un régimen jurídico en ciertos sentidos privilegiado, capaz para estimular la llegada de nuevos pobladores.
Así, la Orden Militar de Santiago se instaló en Uclés, la de San Juan en Consuegra, y la de Calatrava en la villa de este nombre, desplegando las tres desde sus respectivas bases una actividad repobladora semejante a la que hasta entonces habían venido desarrollando los monasterios y los concejos.
En la Extramadura leonesa, zona también de muy escasa población, se hizo notar igualmente la presencia de las Órdenes, destacando aquí la influencia militar y colonizadora de la de Alcántara (en Alcántara, Zalamea o Villanueva de la Serena, por ejemplo) y la de Santiago (así en Montánchez, o en Usagre).
Fuente:
Manual de Historia del Derecho (Temas y antología de textos).
Enrique Gacto Fernández, Juan Antonio Alejandre García, José María García Marín.
Página 99.
Manual de Historia del Derecho (Temas y antología de textos).
Enrique Gacto Fernández, Juan Antonio Alejandre García, José María García Marín.
Página 99.